Sí, nuestras vidas, todas las vidas de los hombres son vidas cruzadas, relacionada estrechamente como lo están los granos de un enorme racimo de uvas. Nos cruzamos en las calles y en las plazas sin mirarnos, sin dirigirnos una palabra, sin saludarnos. Pero en el fondo, en lo más profundo tenemos la misma raíz, y todos el mismo futuro.